• No depende del nivel socioeconómico que se encuentre una familia o un individuo, para la práctica de la honestidad.
  • La edad y el género no infieren en que una persona sea honesta o no. Ya que esta proviene de la construcción del valor de la honestidad que las personas al interior de las familias van generando
  • Solemos quejarnos de cómo se encuentra la situación en nuestro país, pero al mismo tiempo somos  indiferentes en cosas tan pequeñas como las conductas deshonestas que fueron mostradas en nuestro trabajo de investigación.